En los últimos años el vello púbico se ha convertido en el enemigo de muchas mujeres. Objetivo de las últimas terapias de láser, cuchillas de afeitar o la tradicional cera, no hay pelo que se les resista. Y es que la moda de una vulva suave sin la presencia del más mínimo atisbo de vello está cada vez más extendida, hasta el punto de que en la consulta ginecológica, algunas mujeres llegan a pedir disculpas si esto no es así.
Por otro lado, cada día son más las mujeres que sufren problemas de infecciones vulvares y vaginales recurrentes, así como infecciones de orina que aparecen una y otra vez. Esto nos hace plantearnos si tanta «higiene» estará relacionada con el aumento de problemas vulvares en las pacientes. Y la respuesta es: claramente sí.
Con la evolución, los humanos hemos ido perdiendo vello de muchas zonas de nuestro cuerpo, o al menos debilitándolo, dado que con la vestimesta ya no nos es tan necesario. Por el contrario, existe vello que no se ha modificado, entre tantos, el vello genital. Este pelo además, presenta unas características únicas que lo hacen especiálmente importante. El hecho de que sea más grueso de lo habitual y rizado proporciona a la vulva y a sus órganos (uretra, clítoris y vagina) una protección necesaria para evitar pequeños traumatismos, laceraciones e infecciones. La piel de la vulva es un tejido delicado, sensible y vulnerable, y cuando la exponemos privándola de su capa protectora las posibilidades de que se vea afectada aumentan. Del mismo modo el vello genital, gracias a su disposición, crea una capa de aire más cálido que favorece el crecimiento de lactobacillus, beneficiosos para la microbiota vaginal, impidiendo así la proliferación de bacterias u hongos patógenos.
- Protege contra pequeños traumatismos y laceraciones. Esto disminuye las posibilidades de enfermedades de transmisión sexual (ETS) cuya vía de entrada, en muchos casos, son pequeñas abrasiones de nuestra piel.
- Reduce la exposición de la uretra, disminuyendo así los síntomas urinarios y las infecciones de orina.
- Su acción como barrera física dismuye el contacto piel con piel del periné, dificultando la infección por Virus del papiloma humano de bajo grado que es el responsable de las verrugas genitales.
- Favorece el crecimiento de bacterias necesarias para mantener la microbiota vaginal normal, disminuyendo así las posibilidades de sobreinfección por patógenos.
- Aumenta la percepción de las feromonas femeninas que te harán más irresistible todavía para tu pareja.
¿Qué funciones tiene el vello púbico?
Recuerda que hay determinadas imposiciones sociales que hemos normalizado como parte de nuestro ser. Cuestionarte qué haces y por qué lo haces puede hacerte un poco más libre, más auténtica, en definitiva, más tú. Y, en muchas ocasiones, te ofrecerá una versión de ti misma más sana y poderosa.
Zaida 